El 30 de julio es el Día Mundial contra la trata de Personas. Con fines de claridad conceptual, es importante, ceñirse a la definición de trata consensuada por la ONU utilizada internacionalmente y que señala lo siguiente: “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación, de vulnerabilidad, o el ofrecimiento o concesión de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra. Con fines de explotación. Esta explotación incluirá, como mínimo, la explotación en la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extirpación de órganos”.
La trata de personas es un delito que explota a mujeres, niños y hombres con numerosos propósitos, incluidos el trabajo forzoso y el sexo. La Organización Internacional del Trabajo calcula que casi 21 millones de personas en el mundo son víctimas del trabajo forzoso. En esa cifra se incluye también a las víctimas de trata para la explotación laboral y sexual. Si bien se desconoce cuántas de estas fueron objeto de trata, la cifra implica que en la actualidad hay millones de víctimas en el mundo. Todos los países están afectados por la trata, ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas. La esclavitud, tanto en su forma moderna como en la antigua, no es solo una vergüenza, sino que es “la execrable suma de todas las villanías”, como la definió el abolicionista John Wesley, y no tiene cabida en nuestro mundo.
La trata de mujeres para la explotación sexual atenta contra diversos derechos fundamentales como el derecho a la vida, la libertad, la integridad física y moral, la libertad sexual, la salud, la intimidad y la dignidad humana.
Es una realidad, que ha permanecido oculta e invisible, sin embargo, presenta unas características muy concretas:
Es importante no confundir la trata de seres humanos con el tráfico ilegal de inmigrantes, que se define como “la facilidad de la entrada ilegal de una persona en un Estado parte del cual dicha persona no sea nacional o residente permanente con el fin de obtener, directa o indirectamente, un beneficio financiero u otro beneficio de orden material”.
La finalidad de la trata es la explotación de la persona tras su traslado de un lugar a otro, mientras que el objetivo del tráfico es el traslado de personas ilegalmente a través de fronteras nacionales.